Durante el resto de mi vida, hay dos días que ya nunca volverán a preocuparme.
El primero es ayer, con todos sus errores y lágrimas, sus tonterías y derrotas. El ayer ya no se puede cambiar.
El otro día es el mañana, con sus escollos y amenazas, sus peligros y misterios. Hasta que el sol vuelva a salir, no me juego nada en el mañana, puesto que todavía no ha nacido.
(Og Mandino, Renovar la esperanza/The return of the ragpicker)
No hay comentarios:
Publicar un comentario