2/11/08

OLOR A MUJER

Un profundo olor a mujer era la vida, un profundo olor a deseo. Se alteró la luz del cielo; todo parecía morado: la arena, las cañas, la hierba,el pinar... Bajo esa luz irreal sus cuerpos adquirían matices nuevos, más acordes con la primera visión, con los claroscuros del tercer ojo, con el blanco, el negro, el violeta, el amarillo, el rojo, el negro, otra vez el negro, otra vez el fondo...

Olerla en ese estado era oler placer sin adimento alguno, intenso perfume ajeno a los demás perfumes: ni agrio, ni dulce, ni amargo. Todos los olores mezclados en ese intacto olor a delicia.

(Jesús Ferrero, Opium)

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