5/11/08

DISTANCIA

...Luego extendió la mano para tocar el mandala, el suyo, el especial, que estaba encima de la mesa de noche, pero lo oyó rodar, irse fuera de su alcance. Tratar de recuperarlo hubiera sido demasiado trabajoso, de manera que se quedó acostado, miserablemente consciente de la distancia entre su deseo y la satisfacción total.

(Patrick White, Las esferas del mandala)

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