...Habían abierto mirillas en el biombo que teníamos delante, y las observé sin que se notara que miraba. Había logrado regresar, con la mente, a una caliente carretera de los pantanos, a los días en que podría haber desaparecido en un santiamén de cualquier trabajo o domicilio conocido, a los días en que la puerta trasera era la única puerta...y siempre estaba abierta.
(Walter Mosley, Un perro amarillo)
27/8/08
PUERTA TRASERA
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